Asambleas Ciudadanos


 

Documentos

 

Encontraran aquí distintos documentos que aportan una mirada profundizada sobre las múltiples dimensiones de las asambleas de ciudadanos. Los documentos están disponibles en tres idiomas y organizados en función de tres temas :
1. Relaciones entre las asambleas y diálogo de los facilitateurs
2. Desafíos, métodos y retos de las asambleas de ciudadanos
3. Historia y construcción social de las asambleas

 

 

Balance de etapa de las Asambleas - junio 2011

Traducciones : français . Español . français



Prefacio


Este balance se propone marcar un punto de etapa en el mes de junio de 2011 sobre los procesos de asambleas regionales ciudadanas que funcionan desde 2007-2008 en las cinco áreas geoculturales de Asia, Oceanía, Mediterráneo, Cono Sur latinoamericano y el Sahel-Sahara. Se basa principalmente en las evaluaciones realizadas por cada una de las coordinaciones de las asambleas a partir de una misma grilla de lectura (véase Anexos), así como de ciertas experiencias personales, testimonios y crónicas producidos durante el recorrido.


Dado que ya se describió una retrospectiva relativamente precisa de cada iniciativa en el informe de la reunión de animadores de asambleas de mayo de 2010, hemos preferido concentrarnos en la última etapa realizada desde mediados de 2010 a comienzos de 2011, planteándonos explícitamente la pregunta: ¿en qué punto estamos y hacia qué dirección nos encaminamos ahora?


De una sola vez...


Una experiencia inédita


Al organizar en cinco grandes regiones del mundo procesos que combinan reuniones populares, caravanas itinerantes y culturales, debates ciudadanos y establecimiento de una red plural de actores y cuestiones políticas, las asambleas ciudadanas constituyeron una experiencia inédita en lo que atañe a la reinvención política y habrán resultado sin duda una fuente de inspiración destacada para el esfuerzo de emancipación de los pueblos de este comienzo de siglo XXI. Seis asambleas, celebradas entre julio de 2010 y enero de 2011 en ciudades emblemáticas de su región, movilizaron un total de alrededor de 3 000 participantes, que representan unos sesenta pueblos, etnias y nacionalidades diferentes provenientes de Asia, Oceanía, Cono Sur latinoamericano, Sahel-Sahara y del Mediterráneo. Gracias a ellos, entablaron el diálogo alrededor de veinticinco grupos sociales y profesionales, privilegiando modalidades participativas de convergencia y de debate, siempre variables según realidades socio-políticas regionales, y buscando en cada caso relacionar los actores alrededor de un número delimitado de cuestiones vinculadas con la evolución de su sociedad y con las crisis estructurales de la gobernanza.


De la intuición a los prototipos


Si bien las asambleas avanzaron cada una según su propio ritmo tomando geometrías muy variables, este primer capítulo que acaban de escribir de 2008 a 2011 constituye un progreso común que podría responder al título “de la intuición a los prototipos”. Cada asamblea dispone hoy de una experiencia-piloto, móvil y adaptable para proseguir su proceso. Produjeron símbolos fuertes, un movimiento colectivo, reflexiones temáticas, esbozos de redes, aprendizajes metodológicos en equipo. También generaron iniciativas nuevas y continuaciones que de hecho están encaminadas en varios procesos (véase los seis demogramas más adelante). Esta experiencia-piloto nos confirma que el lugar de las asambleas se encuentra al lado de las “nuevas fábricas de diálogos y de ciudadanía”, donde se construyen relaciones amplias e inclusivas entre la diversidad de los actores en movimiento y la investigación de puntos de vista y de perspectivas comunes. Se describen a sí mismas como especies de laboratorios (Cono Sur), redes de redes y diálogos multilaterales (Asia) o incluso como aventuras inéditas (Sahel-Sahara), donde se experimentan vínculos nuevos entre actores y cuestiones políticas, en respuesta a contextos marcados por enfoques cerrados o segmentados. Ninguna asamblea puede resolverse en una única fórmula mágica o matemática. Su manera de avanzar y su mecanismo dependen a la vez de la intuición y del pragmatismo, del tanteo y de la estrategia programática, de la capacidad de proponer para el debate cuestiones fuertes con sentido, de alimentar los intercambios restituyendo una visión de conjunto de las contribuciones.


Aprendizajes y desafíos


¿Qué nos enseñan las asambleas luego de este primer ciclo de vida? Sin entrar en los detalles de las seis iniciativas abordadas en los balances de cada proceso, destacaremos aquí algunas lecciones esenciales que podrán ayudarnos a pensar la continuación de la aventura.


1. Las asambleas nos enseñan en primer lugar a transformarnos mejor y a ubicarnos en un mundo atravesado por crisis y cambios rápidos. Se insertan en un conjunto de movimientos cívicos incipientes que contienen una organización nueva. El mundo continuó transformándose muy rápidamente como resultado de la onda de choque iniciada desde la crisis económica de 2008. Marquemos tres tendencias que nos hacen tener una mirada más aguda sobre el alcance de los procesos globales y ciudadanos. a) Han surgido nuevos movimientos populares con organizaciones nuevas, que trastocan los esquemas habituales de la acción militante y se afirman como poderosas palancas de reivindicación y de investigación de perspectivas globales a largo plazo. b) Continúan experimentándose en todos lados formas innovadoras de diálogo y de vínculo entre ciudadanos, entre diversidades individuales, nacionales y regionales, que superan los mecanismos tradicionales de debate, de integración y de cooperación internacional, y muchas veces desfasadas ante la complejidad de los desafíos. c) Continúa afirmándose el patrón regional doblemente como un “eslabón ascendente” de la gobernanza mundial y como un nivel privilegiado donde se elaboran las alternativas, los lazos de confianza y las alianzas ampliadas, más adaptadas a los desafíos planteados por la crisis actual. Las asambleas ciudadanas, que se originan y se insertan en esos contextos diferentes, parecen constituir una “respuesta pertinente” al humor del mundo actual.


2. Los seis procesos lograron formular cuestiones comunes y grupos de propuestas consistentes, pero éstas quedan globalmente subvaloradas e insuficientemente difundidas. Las seis asambleas definieron en cada caso un pequeño grupo de entradas temáticas, lejos de ser representativas de la diversidad interna de cada proceso, pero sobre las cuales fue posible organizar fluidamente el diálogo y desembocar en perspectivas más amplias. Estas perspectivas cubren en el conjunto un amplio espectro de la organización de la sociedad, partiendo de valores y de la ética individual, hasta enfoques de gestión de los bienes comunes e integración regional (véase las entradas temáticas en los seis desmogramas). Estas perspectivas fueron retomadas en los informes difundidos dentro de cada asamblea luego de los encuentros de 2010. Su agrupamiento es por el momento bastante difícil de realizar por la variedad de formulaciones y la ausencia de una agregado de conjunto de las cuestiones y propuestas. Dada la energía necesaria para sobrellevar la carga logística de las asambleas, los equipos de animación no han podido aún dedicar tiempo suficiente – más allá de las evaluaciones finales, para sistematizar precisamente las propuestas y construir una coherencia entre ellas. Esto explica por qué diversas cartas ciudadanas están en trámite o en proyecto (Asia, Cono Sur, Sahel-Sahara). El acercamiento de estas propuestas y de las cartas, cuando éstas se concluyan, podrá constituir una nueva oportunidad para hacer visible la voz de los participantes reunidos en las asambleas y de allí esbozar una palabra de los ciudadanos y de los pueblos de las cinco regiones del mundo.


3. La ampliación de los procesos implica en contrapartida la consolidación de sus equipos de animación. La ampliación de la escala geográfica y socioprofesional de los procesos se impone en prácticamente todos los casos como una prolongación natural del ciclo cumplido. Se ve a través de las evaluaciones que esta ampliación puede ser desestabilizante si no logra apoyarse en la solidez y la coherencia interna de los equipos de animación. Está asociada en contrapartida con la idea de “trabajar dentro” de los grupos de facilitación. Sin embargo las experiencias de 2010 demuestran que la capacidad de animación y de facilitación ha sido un elemento clave en el desarrollo de las asambleas. Esta capacidad reside en los criterios comunes compartidos entre cada miembro y los equipos locales, la aptitud de movilizar actores estratégicos, compartir reflexiones y métodos de trabajo, mantener el diálogo en condiciones de creatividad. Estos aprendizajes, claramente reforzados gracias a los esfuerzos necesarios para la organización de las asambleas de 2010, deben poder mantenerse y profundizarse. Son evidentemente una contrapartida necesaria para que las dinámicas puedan ampliarse nuevamente.


4. La instrumentación de modos de animación y de métodos innovadores fue globalmente un logro, ahora se debe continuar e ir ganando coherencia. Se encaró globalmente el desafío de las asambleas de dar a los diálogos más autenticidad y circularidad. Las caravanas itinerantes y las actividades culturales y festivas crearon momentos muy fuertes y simbólicos, poniendo a los participantes más en situación de “descubrimiento fraterno” que de simple diálogo formal. Las asambleas propusieron en varios casos “espacios de intercambios circulares”, concebidos como fórmulas intermedias entre sesiones plenarias y talleres, donde cada uno tomaba directamente conocimiento del conjunto de discusiones temáticas (Cono Sur, Sahel-Sahara, Asia). Los talleres apostaron a la construcción colectiva, la circulación y el respeto de la palabra dada a todos, con el apoyo de facilitadores y equipos metodológicos. También se realizaron consultas o evaluaciones abiertas, con el apoyo de herramientas de comunicación como las páginas web, las listas electrónicas y las redes sociales. Este esfuerzo de innovación metodológica generó a veces resistencias y cuestionamientos de los participantes (así como de los animadores de talleres), dado que implicaban una ruptura con los esquemas clásicos de comunicación y de participación en el debate. Además se observa cómo desempeñaron un papel decisivo los equipos de facilitación para canalizar esas tensiones y mantener los intercambios en condiciones favorables. Aun cuando sean todavía desiguales y heterogéneas, estas experiencias constituyen avances concretos en el campo de los métodos. Deberían arraigarse cada vez más y ser más ampliamente solidarias con el refuerzo de los equipos de animación.


5. Valorizar el ciclo 2010-2011 y construir sobre la marcha un nuevo calendario 2012-2015. La primera fase de movilización de las asambleas supo actuar simultáneamente en la organización del debate alrededor de cuestiones portadoras de legitimidad, en los efectos del cronograma y en los colaboradores ampliados a toda clase de actores. La principal prioridad que surge bastante lógicamente de las evaluaciones es poder continuar los procesos a través de un nuevo cronograma de actividades capaz de mantener el aliento y profundizar las cuestiones identificadas. Más allá de los cronogramas, se tiene la sensación de que los encuentros y las iniciativas comunes son una de las “fuerzas motrices” de los procesos. Permiten cristalizar más sólidamente los imaginarios, las relaciones y la confianza en un contexto donde los participantes y los equipos descentralizados de animación pueden estar muy alejados geográficamente entre sí. La segunda prioridad es enriquecer el ciclo 2010-2011 valorizando las conclusiones, las perspectivas y las propuestas emitidas en forma de Cartas y otros soportes que restituyen las perspectivas de conjunto. Esta valorización está en curso en varios procesos.


6. La fecundidad de las seis asambleas se expresa en particular a través de las iniciativas y nuevas oportunidades que implican poder continuar la aventura. Un panorama de iniciativas muy variadas surge de este primer ciclo 2008-2011. Se las puede agrupar en cinco grandes familias: 1. La creación de espacios de formación y de equipos metodológicos. 2. Nuevos diálogos establecidos con las instituciones nacionales o regionales. 3. Esbozos de redes y grupos de trabajo temáticos. 4. Proyectos de asambleas locales (o temáticas) y caravanas itinerantes. 5. La elaboración y difusión de cartas y documentos de síntesis. A partir de 2008, los primeros intercambios entre facilitadores habían destacado la importancia de poder inscribir las dinámicas en el tiempo con el fin de “ganar en consistencia” en las propuestas y tratar de ir más lejos que otros procesos globales y ciudadanos a veces demasiado evanescentes y momentáneos. Surge claramente que la naturaleza de las asambleas y de sus iniciativas supone la posibilidad de un seguimiento y de una continuidad en el tiempo. Se trata de una de sus condiciones de profundización y más allá, de la longitud necesaria para que las experiencias, los vínculos y las cuestiones nuevas se encaminen plenamente.


(Descargar el balance completo a partir del link abajo).


 

 

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Balance de etapa - junio 2011
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